Por Andrés Gallegos
I – GENEALOGÍA DEL
CASTING
La posibilidad de ganar el premio mayor del Powerball, la
lotería más famosa de Estados Unidos, es de una entre 292 millones. Sin
embargo, en enero de 2016, largas filas de entusiastas abarrotaron las tiendas
y supermercados donde vendían los boletos, días antes de que Powerball entregara
mil 586 millones de dólares al ganador o ganadores, el premio gordo más grande
de la historia de cualquier lotería en el mundo.
Cuando acudí al casting para elegir al narrador,
comentarista y reportero de cancha para el nuevo proyecto mediático del Club
Deportivo Guadalajara, el famoso Chivas TV, y veía las filas de decenas de
jóvenes como yo, ansiosos por probar sus capacidades y talentos, entendí mejor
a los jugadores de lotería. Los casting son, al igual que las loterías, eventos
que se fundamentan en la ilusión. El premio que se ofrece solo se entrega a uno
o dos afortunados, y las posibilidades de obtenerlo dependen de una multitud de
imponderables que no están bajo el control del que juega o puja por ese premio.
Pero lo importante es, ¿por qué la gente acude a los
casting?. Los reality shows musicales, como “La Voz” o
“American Idol”, se atiborran de aspirantes a cantantes que solo tienen minutos
para convencer a un jurado, y eso genera millones de vistas en YouTube, y
puntos de rating en televisión que se digitan en decenas. Canales deportivos
como ESPN tienen su propio casting, “The Dream Job”, y Televisa Deportes sacó
varias versiones de su Draft de Voces. Son formatos exitosos, y si persisten,
es por la respuesta del público a esa ilusión que te ofrecen. “Ten la
posibilidad de ser una estrella”, “participa para cambiar tu vida”, “alcanza la
oportunidad que siempre has soñado”, son los eslóganes que nosotros como
participantes, asumimos como posibilidades de lo real, aunque al final solo
unos pocos lo cristalicen. O muchas veces, ni eso.
Los casting, además de improbables, son injustos. Solo te
dan cinco minutos para narrar una jugada, comentarla, y de ser posible,
reportar “a nivel de cancha” los incidentes imaginarios del banquillo de Matías
Almeyda celebrando un gol. No sabes si
los “jueces” que te evalúan y evaluarán son personas con trayectoria en los
medios de comunicación, o si ofrecen la suficiente experiencia en el periodismo
deportivo que les permita ejercer con credibilidad un juicio de valor. No
entiendes cuáles son los factores que los impulsarán a elegir a alguien sobre
otro, es decir, si elegirán al de mejor voz, al de mayor fluidez en la
narración, o el que demostró un más elevado conocimiento del deporte. Si los
nervios te ganan, algo totalmente comprensible y que pasa, te sientes frustrado
por dejar escapar tu “oportunidad de oro”.
La gente participante de los casting, al igual que los
jugadores de lotería, sueñan con una mejor vida. En el caso de Chivas TV, no
existe siquiera la garantía de que ganar el premio conlleve un mejor futuro. Al
chico de TV Azteca que ganó el Protagonista Gillette, un casting realizado por
TV Azteca para elegir a un chico que acompañarÍA a Martinoli y García en el
mundial de Sudáfrica 2010, lo borraron y no sé dónde esté ahora. Lo único que
supe, fue que era de Guadalajara y era muy parecido físicamente al boxeador
Saúl Álvarez. Raoul “El Pollo” Ortiz, ganador del primer Draft de Voces, ha
sido vilipendiado por sus narraciones, y tampoco le ayudó el que lo
catapultaran tan rápido dentro de Televisa, y lo pusieran a competir (hasta
llegar a la burda copia) contra el popular Christian Martinoli. Aunque la
verdad, tampoco el joven narrador ha hecho mucho por aprender y mejorar su
trabajo. Chivas TV, proyecto criticado, hecho al vapor, y sin la suficiente
consolidación para acreditarlo como un medio de comunicación que perdurará por
muchos años, es un cimiento, pero no un edificio terminado. Puede que, si dan a
conocer los resultados del casting, los ganadores acaben en los escombros si
los cimientos vacilan por estar en suelo inestable.
II – AMISTADES
FUGACES, Y AL MISMO TIEMPO PERDURABLES…
El principal reto al estar en un casting, es lograr
disminuir los evidentes nervios, y eliminar, por un rato, la tensión de
resoplidos profundos y manos sudorosas que procede de un ambiente de
competencia. La mejor forma de pasar el tiempo es haciendo amistades
momentáneas, conversando con esas personas que comparten tus mejores aficiones,
y que al igual que tú, se mueren de nervios por tener míseros cinco minutos de
mostrar su talento. Al final se te borrarán los nombres de aquellos con quienes
hablaste, tal vez nunca los vuelvas a ver, pero al menos ya no los viste como
escollos a superar, sino como personas de plática amena y experiencias
singulares.
Descubrí que un compañero al que le hice plática, es
reportero en el canal 8 de Guadalajara. Hemos compartido juntos soporíferas
reuniones semanales del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ), y ni
siquiera sabíamos que a ambos nos gustaba el periodismo deportivo. Muchos
jóvenes presumían de blogs y radios por internet, y se invitaban unos a otros a
colaborar en ellos, “pero no pagamos, ¿eh?”, advertían. Otros más me confesaron
que ni siquiera le iban a Chivas, sino al Atlas, (“como Jorge Vergara”, decían
algunos con malicia y complicidad). Pero todos estábamos allí, formaditos y
dispuestos a aceptar las reglas de juego con sus imposibilidades y trampas.
Otro aspirante había hecho prácticas en la sección “Cancha”,
del periódico Mural, y me contó sobre las borracheras de Alfonso “Ponchito”
González, y su irresponsabilidad en tirar el penalti, al estilo Panenka, que
finalmente falló en aquel Clásico Tapatío que terminó 1-1 en el Clausura
2015. “Fue una pinche cagada, en un
clásico hay que pegarle con todo, pero se quiso adornar y quedó como un
pendejo”, me dijo.
Mientras el joven que sabía las bares que frecuentaba el
ahora jugador de Monterrey y yo debatíamos, unos chicos que pasaban a hacer su
prueba en el palco de prensa del Estadio Chivas, comentaron “allí están José
Ramón y Faitelson”. Por lo chino y gordo, yo era el segundo. No soy muy fan de
que me comparen con el gritón que ha ganado notoriedad por vender polémica, con
el reportero que hace sus “notas de color” todas idénticas, todas con su voz
impostada y de sonsonete fastidioso, todas con la misma narrativa (aficionados
gritando para mostrar “la pasión de la gente”, el deportista cargando a sus
niños para conocer “su lado humano”, y hasta las mismas descripciones del sol y
la temperatura). Pero el ambiente se había distendido lo suficiente como para
que las bromas cayeran de buen grado. Ya no estábamos tan nerviosos.
¿Cómo me fue en el casting?, para serles honesto, me sentí
nervioso, pero creo que narré bien una anotación del Gullit Peña en un Clásico
contra el América. Ese gol, por cierto, fue el mismo que narraron todos los
participantes del casting. Peña, un falla penales cuyos exámenes en Chivas
están más plagados de tachones que de palomitas y estrellitas de niño bueno,
ese día hizo más goles que Messi en todo un año. Hace muchos meses que dejé de
narrar partidos, afición que cultivé desde niño, por lo que tal vez mi relato
no fue lo fluido que hubiera querido.
Al comentar el gol, aproveché para soltar mis conocimientos
de manera atropellada y apresurada. Hablé sobre Peña, sobre cómo no ha dado lo
que se esperaba de él en Chivas, su pasada en el León bicampeón, y la confianza
que le debe dar Matías Almeyda para darle espacio en su esquema táctico. Me
preguntaron luego sobre cuál era el mejor momento vivido como aficionado chiva,
y recordé aquel Chivas 4, Boca Juniors 0, de la Libertadores del 2005,
incluyendo descripción de jugadas.
Lo mejor del casting, más allá si gano o no, es haberme
topado con jóvenes con conocimientos de futbol y experiencia periodística. Los
medios tradicionales y sus periodistas acomodados, suelen tomar por tonto al
joven aficionado y comunicador. Otros dos o tres jóvenes con los que platiqué
explicaban con claridad sobre el sistema de juego de Alemania en la Eurocopa,
sobre cuál debía ser la alineación titular de Chivas en el torneo de liga, o
sobre porqué México perdió 7-0 contra Chile en la Copa América, con un talento
y condiciones que dejan como ignorantes a las vacas sagradas del periodismo
deportivo. Pero estos chavos tienen blogs que a lo mucho leen cientos de
personas, o radios por internet que solo escuchan sus amigos. Me
siento identificado con ellos, y esa identificación es la mejor experiencia que se pueden sacar de estos eventos de la ilusión.
Ojalá y Chivas TV dé a conocer pronto sus
ganadores, sería una vergüenza haber utilizado las ilusiones de cientos de
jóvenes para finalmente no repartir el boleto dorado.
III – CONSEJOS PARA
MEJORAR CHIVAS TV
Carta a José Luis
Higuera, CEO de Omnilife-Chivas:
Me presento. Soy Andrés Gallegos, soy periodista de la
sección Empresa de El Diario NTR, un periódico en crecimiento y de
extraordinarios profesionales, para los lectores de Guadalajara. También
participé en el casting de Chivas TV, el 8 de julio.
Voy al grano. Considero que Chivas TV es una idea promisoria,
pero su ejecución ha sido problemática. Ustedes mismos lo reconocen, y están
tomando medidas para hacerlo, lástima que esto haya pasado luego del aviso de
la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), tras las quejas de
suscriptores por el servicio. Esto no ayuda a dar credibilidad al proyecto, y
la credibilidad, tanto en el periodismo como en los negocios, representa una
base fundamental para que la gente crea y compre lo que hacemos. Lo más sensato
habría sido dar un periodo de prueba, en vez de cobrar por el servicio desde el
principio, a sabiendas de que todos los proyectos, cuando comienzan, necesitan un tiempo para probarse y darse a conocer, y mucho más con el mediocre servicio de Internet que tiene nuestro país.
Otro problema que veo son los precios. Son desproporcionados
para la mayoría de la gente, con un salario estancado y que cada vez compra
menos cosas, gracias a una canasta básica con precios elevados. Además, me
preocupa el efecto que pueda tener esto a la larga para la popularidad del
equipo. Chivas fundamenta su arrastre en seguidores de una clase social media y
baja, mucha de la cual no gana lo suficiente para comprar alguno de los
paquetes de Chivas TV, e incluso, no tienen acceso a Internet al vivir en
lugares con una pobre conectividad. Otros más, tienen un servicio de Internet deficiente,
que impide que los servicios de video en streaming corran con la calidad y
fluidez que deberían. Mucha gente no sigue a Chivas por los resultados
deportivos, sino por ser un símbolo de la mexicanidad, es decir, de la
confianza en que el talento nacional triunfe y demuestre sus capacidades frente
a los extranjeros que les restringen sus oportunidades de crecimiento, y
quitarles ese espejo podría ocasionar una reducción de aficionados a largo
plazo.
Ahora bien, hay algunas cosas buenas. La primera es la
elección de los comentaristas de Chivas TV. Yo habría tomado la misma decisión.
Adán Vega Barajas y Emilio Fernando Alonso son los adecuados para narrar a
Chivas. Tienen la experiencia, los conocimientos y la credibilidad para
hacerlo. Espero que los jóvenes que salgan del casting sean cobijados por estas
voces, maestros que les ayudarán a ser mejores comunicadores.
Además, hay que decir que Chivas TV es una respuesta,
prematura tal vez, pero con un sustento: la gente, especialmente los
millennials, cada vez prenden menos su televisión. Los medios tradicionales
sufren grietas que hacen vacilar sus cimientos, antes considerados
indestructibles. TV Azteca pierde 800 millones de pesos en el último trimestre
del 2015, y Televisa pierde anunciantes y renueva su programación, con la
esperanza de recuperar un rating que ya no van a tener. Las OTT o compañías de
video bajo demanda, por ejemplo Netflix, son el futuro del entretenimiento
televisivo, en eso estoy de acuerdo. Pero insisto en que los precios son
excesivos para la oferta que brinda Chivas TV. Usted ha insistido en que si
tienen los suscriptores para hacer rentable el negocio, podrían bajar los
precios, pero realmente tengo dudas al respecto, porque rara vez los
empresarios, cuando su producto se vende, reducen el precio de venta al público
(a menos que sea mediante promociones). Su motivación es el lucro, no la
caridad.
Cuando Mitch Lowe, cofundador de Netflix, vino a dar una
conferencia a estudiantes de la Universidad de Guadalajara, tuve la oportunidad
de hacerle una pregunta para mi periódico: ¿cuál es la clave del éxito de Netflix?. Me respondió
lo siguiente: “tener cada filme que existe no te ayuda para tener más
suscripciones, sino el contenido exclusivo, series cada 90 días como House of
Cards u Orange is the New Black. La gente se queda, porque si se va, no podrá
ver la siguiente serie dentro de noventa días”. Me parece pertinente sacar esta
respuesta, porque creo que Chivas TV haría mal en solo ser una plataforma que
transmita juegos de futbol, hay que ofrecer más contenido exclusivo que haga
que el dinero de los suscriptores esté bien invertido.
Por el momento, tengo varias ideas que podrían ayudar a
incrementar los contenidos de Chivas TV, que no solo le sean interesantes para
el aficionado al equipo, sino para la audiencia en general. Por ejemplo, hacer
entrevistas exclusivas con los ídolos rojiblancos de ayer y hoy, para conocer
sus historias de vida, a qué se dedican actualmente, y cómo fue que llegaron a
ser futbolistas profesionales (los sacrificios que tuvieron que hacer para
alcanzar su sueño de vestir la playera de Chivas). Otra idea sería crear
programas de análisis, previos y post-partido, que no solo incluyan el análisis
del juego transmitido, sino que sean puntos de partida para hablar del futbol
nacional e internacional en general, y así demostrar que la plataforma puede
realizar programas de periodismo deportivo diferentes. Además, hay que
transmitir los partidos de las categorías Sub-17 y Sub-20, con reporteros que
den seguimiento exclusivo a las Fuerzas Básicas del equipo. Se tiene la
plataforma, pero hay que hacerla crecer.
Finalmente, una cuestión más. Me parece correcto que hayan
decidido crear un casting de jóvenes talentos, aunque solo se haya restringido
a tres ciudades del país. Como participante del casting de Guadalajara, puedo
dar fe de que existe el talento joven deseoso de hacer buen periodismo
deportivo. Pero harían mal en elegir a porristas con micrófono. El aficionado
de Chivas es leal, pero tampoco se le puede mentir. Si el equipo juega mal, si el
entrenador, los jugadores, Jorge Vergara o usted cometen, a juicio del periodista,
malas decisiones, debe decirse y criticarse. Yo en lo particular he sido un
crítico feroz de Vergara, y lo he manifestado a través de textos propios
subidos a las redes sociales. Adelanto que son juicios de valor de los cuales
no pienso retractarme. El joven elegido debe ser original, y tener la capacidad
no solo de hablar de futbol, sino de otros temas, introducir la cultura en el
deporte, tal y como lo hace Emilio Fernando Alonso de manera magistral.
Termino esta carta enviándole saludos. Recomendaría no ser
tan impulsivo y pensar dos veces las cosas antes de hacer declaraciones que puedan
afectar su imagen, para evitarnos sainetes como “la esencia de comerciante” de
los judíos. Además, traten de escuchar la voz de la afición, pero no solo de
quienes lo apoyan, sino de muchos críticos que no por serlo dejan de ser
aficionados leales al equipo. El futbol no es solo la venta de camisetas, chivabonos
y suscripciones, es ejercer una conexión emocional con la gente, esa conexión
que logró hacer de Chivas el equipo más popular del país. Si logran comprender
por entero esa tradición, podrán tener éxito con Chivas TV en particular y con
el equipo en general. De otra manera, seguirán dando tumbos como ha pasado en
los últimos años de la administración Jorge Vergara.
Atentamente:
Andrés.