martes, 3 de abril de 2012

La conjura de los necios

Por Carlos Andrés Gallegos Valdez


Titulo con permiso de John Kennedy Toole

Esto es un robo. Madre mía. Es que… pero… cómo es posible… el árbitro es muy malo. No es válido ni para tercera división. Qué penales se ha sacado de la manga. Robo a mano armada, el futbol ha perdido transparencia, la honestidad se diluyó… y yo ya perdí la cabeza por entero.

Ramos Rizo en "Futbol Picante" de ESPN
El especialista arbitral ha hablado. ¡No son penales!, ¡si ya lo sabía yo! Su juicio es inquebrantable, a pesar del dinero que le paga nuestra empresa para emitir sentencias de determinada manera. Las tomas de la televisión son nítidas, urge la tecnología en el futbol, el arbitraje está en su crisis más aguda desde la semana pasada, cuando otro nazareno expulsó sospechosamente a un jugador del (inserte equipo de mitad de tabla). Uno no quiere hablar de los árbitros, pero de verdad no se puede evitar. Esto es in-dig-nan-te. Y si no me creen, vean mis pupilas desaforadas, mi muecas forzadas de furia, mi parsimonia estudiada al hablar y el modo tan agresivo, tan a primer plano, en que me enfoca el camarógrafo.

Nos encantaría darle mayor espacio a los goles, al análisis técnico y estratégico del partido, pero la polémica arbitral jala más audiencia y es por eso que hemos organizado una mesa de discusión con los siguientes personajes: un ex jugador que no sabe hablar, un periodista que sólo sabe gritar, un barra-brava ungido como comunicador, un ventrílocuo compulsivo experto en sentencias negativas, una mujer con voz de cotorra, y un servidor, como no, conduciendo el esperpento, la epítome de la decadencia mediática. El analista arbitral estará en otro estudio, y básicamente asentirá nuestras opiniones con serena conducta, bajando la cabeza como un cachorrito. He aquí la nueva condición filosófica de la vida, la verdad está en un televisor de 42 pulgadas y en una sala de edición. Y nosotros, los periodistas, ya no pensamos en voz alta si nuestro jefe de piso no lo ordena.

Mundo Deportivo, diario de Barcelona, hablando de futbol
Es redundante decirlo, pero la influencia de los análisis arbitrales genera la misma conmoción que un accidente automovilístico en carretera nacional. La gente que nos ve, ama cada vez que expulsamos los intestinos por un fuera de juego, y los que nos critican, no pueden evitar vernos por morbo, como si estuvieran observando a través de la rejilla de un confesionario. La labor principal de nuestros periodistas radica en presentar cadáveres y chivos expiatorios. Si no los hay, tenemos la suficiente imaginación para inventarlos. Tenemos muchos ladrones fichados, somos la policía del Fair Play. La culpa de los malos arbitrajes la tienen todos;  la UEFA, la Federación Mexicana de Futbol, el América, el Barcelona, José Mourinho, la Conmebol, Televisa, los jeques árabes. Todos tienen algo que ver… en la prostitución intelectual que ha convertido los noticieros deportivos en cotilleos que no le piden nada a Patricia Chapoy o a “The Sun”.

Nuestra conspiración, nuestra conjura, ha dado resultados. Los nuevos aficionados han dejado de hablar de goles y jugadas para hablar de árbitros corruptos y abanderados con evidente distorsión geométrica, pues no saben marcar la línea de un fuera de lugar. Vean a estos especímenes vociferando en Twitter su rabia condensada en 140 caracteres, diciendo que a tal equipo lo ayudan porque es el consentido de equis Federación o tal equipo. A nadie le importan las razones por las cuales un equipo pierde un juego, no existen los goles fallados a portería desguarnecida, los planteamientos timoratos de entrenadores que ahuyentan planes de diversión familiar de fin de semana, los directivos que destrozan equipos e identidades sociales enteras, o la simple y llana superioridad de una oncena sobre su rival. Bienvenidos al nuevo orden, hablar del árbitro para sobrevivir, porque no hay otro tema, hablar del nazareno porque sí.

Danos hoy el "Villarato" nuestro de cada día
Ya casi termina nuestro debate. Proponemos varias alternativas para cambiar el arbitraje, claro, desde nuestra óptica parcial cuya norma de vida sería la siguiente: “si el penal lo marcan a favor de cierto equipo, siempre es penal, y si lo marcan en contra, no es penal aunque exista”.  Desde este espacio, pedimos a determinado árbitro que deje la carrera, so pena de que algunos de nuestros comentarios afecten la honorabilidad de su hombría o la de sus hijos. A este otro árbitro, le solicitamos quitarse la playera de tal equipo, porque sabemos de muy buena fuente que es un fanático del mismo. Si no es mucha molestia, requerimos a los abanderados la compañía de un pastor alemán o cualquier otro perro lazarillo, para que ya no tengamos la necesidad de llamarles ciegos a secas. Al presidente de los árbitros, le pedimos por trigésimo novena vez en un mes su renuncia irrevocable del cargo.  Al jefe de la Federación, que deje de comprar réferis. A los jugadores de tal escuadra, que dejen de tirarse clavados, que esto no es piscina. Y por último, a los señores colegiados en general, no nos hagan mucho caso, no decimos las cosas tan en serio, si pudieran equivocarse unas tres o cuatro veces por semana para seguir hablando de ustedes, mejor. Al fin y al cabo, nadie es perfecto.

Dos razones por las que se habló mas de árbitros en una final.
Esto es un robo a mano armada, lo repito por si no quedó claro. Vean a tal jugador, llorando de rabia por el árbitro que lo atraco, al entrenador gritando clemencia ante el nazareno con cuernos de diablo. No hay juego limpio, todos los jueces están comprados, hipotecados, rentados, si fueran términos económicos, serían déficit en vez de superávit. No quisiéramos hablar de árbitros todo el tiempo, no es nuestra intención, créanos. Pero no nos dejan. Son incorregibles, son las diez plagas de Egipto, son las pesadillas que sobresaltan a los niños en las madrugadas. Gracias por acompañarnos en esta emisión, donde hablamos e informamos de ¿balompié? a todos ustedes. La siguiente semana, no se pierda la nueva chambonada de debate que armaremos, donde analizaremos la mirada de Cristiano Ronaldo, ¿de qué color serán los ojos del delantero portugués?.




BONUS TRACK: Con ustedes, el ejemplo perfecto de la simbiosis más terrorífica. La combinación periodismo sensacionalista más técnico caliente por un mal arbitraje, da como resultado el siguiente despropósito.



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